lunes, 13 de abril de 2015

Traiciones y algo más...

La traición siempre viene de la mano de quien menos la esperas, si no simplemente no lo considerarías una traición.
A veces nos hacen cosas completamente inesperadas, a veces nos la vemos venir. Pero siempre causan el mismo dolor. Un dolor que no se olvida y que nos da, donde más nos duele, en el corazón.
Puedo por desgracia, nombrar 3 traiciones GRAVES en mi vida, pero no es sobre lo que quería hablar. Quería hablar más bien, sobre el después.
Para el que traiciona, el dolor no es momentáneo, ya que generalmente la ceguera y el ''embale'' no lo dejan ver el daño que está causando. Eso no quita, que llegado un determinado momento, revean lo hecho y se den cuenta, la falta enorme que cometieron.
Para el traicionado, sin embargo es todo un proceso. Puedo hablar de mis casos, y de algunos que me han contado, y generalmente se pasa por varias etapas para poder digerirlo.
Lo primero es la incertidumbre, el no entender porque la otra persona hizo lo que hizo o reacciono como reacciono. Ya que en nuestros 'códigos' jamás hubiéramos hecho algo parecido.
Seguida a la incertidumbre viene la sorpresa, generalmente las personas que traicionan sienten la necesidad de explicarte o explicarle a otro, el porqué de su acción. Explicación que mayormente no tiene fundamentos validos ni coherentes, porque está basada en un sentimiento de enojo, bronca o violencia.
Frente a tales argumentos, uno que está dolido, no puede evitar enojarse, indignarse o a veces hasta a reaccionar con violencia verbal. Pero todo esto, no deja de ser parte de la incomprensión, el dolor, y la sorpresa que nos llevamos.
Es completamente difícil, perdonar cosas tan graves. Pero analizando todo un tiempo después, uno se da cuenta de las cosas. Empieza uno a ponerse en el lugar del otro, a plantearse el porqué de lo ocurrido. Las personas con las que este individuo X se junta, los valores que maneja, las metas a la que aspira, lo que le es conveniente, y como comienza a comportarse después de lo ocurrido. La mayoría no quedan solo en el daño, si no que tienen que seguirla, creo que esta es solo una forma de ‘reafirmar’ su causa y no sentirse tan PELOTUDOS/AS. Auto convencimiento lo llamaría yo, creerse sus propias mentiras, para así hacer su realidad llevadera, y no tener que ponerse a pensar, ni a analizarse a sí mismos. En el fondo todos saben lo que hacen. Me pase años planteándome como podría perdonar a estas personas en mi mente, para mi salud mental. Hasta que descubrí que no tengo nada que perdonar. Mejor dicho, lo perdonaría como dice Sabina, porque ya no me importa. Pero a quien si tuve que perdonar, fue a mí misma. Perdonarme el haber creído en quien no lo merecía, en haber estado, para quien no estuvo, y el haber apostado, en lo que no valía la pena.
El tiempo me demostró, que las personas que me traicionaron, todavía no se perdonan lo hecho. Uno/a porque después de dos años, me escribió para hablar (Todavía estoy esperando esa charla) Otro/a porque simplemente no tuvo el valor para hablar de las cosas, y hasta el día de hoy, niega lo innegable, en una relación de a dos, amistad o pareja, la culpa nunca es de una sola persona. Lavarse de culpas, parece algo obligatorio, para quien comete la falta. Y otro/a porque simplemente se hizo humo de un día para el otro, sin dar motivos o explicación, o mejor dicho por tener cola de paja. Pero hay algo en común en estas personas, nunca intentaron tener un dialogo, hablar, o esclarecer las cosas. Actitud que solo reafirma mi teoría, son completamente conscientes de que en algo, están en falta.
Yo puedo dar un ejemplo personal, en dos peleas, con dos diferentes amigas, me he mandado cagadas de las cuales me arrepiento hasta el día de hoy. Aún así pasado casi un año, he vuelto y he pedido perdón. No con ánimos de arreglar las cosas, o apostando a que todo seguiría igual, si no porque yo misma lo necesitaba. El saber que estaba en falta, fue lo que me llevo a pedir las disculpas que justificadamente se merecían. Con cierta gente, el odio me acompaño durante mucho tiempo, es una sensación horrible, por más que uno siga con su vida, esta esa bronca que siempre se le viene a la mente, funcionando como un freno para poder seguir con mí camino.
Hasta que en la tercera traición, ya curtida, aprendí a entender que las cosas que no tienen solución, simplemente no son un problema. Frase fácil de decir, pero difícil de implementar. Quien está en nuestras vidas, es solo quien importa. Y el que sale de ellas, es porque ya no tiene más que hacer o aportar en nuestros sueños a cumplir. Aprendí perdonándome que haber confiado en quien no lo merece, me hizo ser más selectiva frente a la gente en la cual confió. Aprendí perdonándome que haber apostado en lo que no valía la pena, me hizo ver que lo volvería hacer un millón de veces, porque las cosas que se hacen desde el corazón, nunca se reprochan. Y que de apostar se trata la vida.
Aprendí perdonándome que la pregunta no era ¿Por qué le creía? Si no, ¿Por qué me mintió? Y que después de cierto tiempo, la respuesta es irrelevante. Nunca te mates pensando en porque la gente hace lo que hace, con el tiempo siempre lo vas a entender. Más bien plantéate que vas a hacer vos con lo que se te presenta. La vida es una película donde nosotros somos los protagonistas, y tenemos que ser los únicos capaces de cambiar la historia. Los errores SIEMPRE hay que convertirlos en aprendizajes. No odies a quien es fuerte de orgullo y débil como persona, simplemente hace lo que puede. Aprende a querer a quien te traiciona, es el mejor maestro que nos toca. No guardes rencores a las personas que se creen más que otros, los famosos dueños de la verdad. Hay quienes no se sabe porque se creen que pueden opinar sobre tu vida. Me encantaría saber que los hace creerse que son un modelo a seguir, o que manejarían tu vida mejor que vos, ignóralos, no valen tu gasto de energías. No estés dispuesto a escuchar a quien solo está dispuesto a hablar, no tendrá nada positivo para aportar. Quien no habla desde sus errores u o experiencias, habla por boca de ganso. Deja de lamentarte por lo que paso, realízate como persona. Sonríe a quien te quiere ver llorando. Viaja, conoce, disfruta de tu compañía, es la única que vas a tener por el resto de tu vida.
Todo funciona en la mente, en este mismo momento dejaste de pensar en el tema hablado anteriormente, ya no pensas en la traición si no en VOS. Nunca te dejes de lado. Una persona con bajo animo, es facilísima de lastimar. Se fuerte, sigue adelante, piensa en positivo y NUNCA te olvides de aquellas personas que te lastimaron, fueron las que más sabiduría te brindaran.

Como dijo un amigo mío: - ¿Si te dan un vaso por la mitad, lo ves medio lleno o medio vacío? - Lo veo LLENO.

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