Noelia nacio en Cueta, Cueta es un pueblo bastante chico a unos setecientos kilómetros de la capital. Desde pequeña la apodaron bebu. Bebu para todo, tanto le dijeron bebu que nadie se acordaba ya de su nombre. Fue producto de una relación más unida por el odio que por el amor. En algún momento de la vida estimo que se habrán querido sus papas, pero si se lo compara con el tiempo que se odiaron, este era insignificante. No se pueden ni ver. Capaz por eso no la pueden ni ver a ella. Bebu se crió casi sin papa. Y cada vez que el dejaba la casa su mamá se encargaba de defenestrarlo hasta la vuelta. Ante los ojos de bebu era tiernamente indefendible, pero al menos trataba...
Ella va a preescolar a tres cuadras de su casa, se alista y sale caminando con los zapatos bien limpios y en el camino siempre, siempre, ve a su vecino Enzo. Pero un día vio a Enzo mejor, más de cerca, casi como si usara anteojos y se enamoró. A los cinco años el amor es así, repentino. Le escribió una carta en el recreo y le declaro su amor. Es que bebu solo desparrama amor, a montones. A correntadas. Enzo ni bola le dio pero esa tarde ella le entregó el corazón en esa carta. Su vida ya no le pertenecia y todo se relacionaba con Enzo, su gran amor Enzo.
Bebu volvió a casa con su mamá luego de terminado el jardín. Ya se había terminado su tiempo con Enzo y lo extrañaba. Cuando llegó a su casa bebu se limpio el barro de los zapatos, y casi sin hacer ruido desapareció con prisa para su patio a ver a Menguito, su perro tricolor té con leche.
Al ratito, desde el patio y ya toda mugrienta, bebu escuchó el llamado de su mamá para meterse a la ducha. Se bañaba siempre antes que los hermanos, entonces así podía poner la mesa antes de que ellos salgan de bañarse. En esta casa los hombres no ponen la mesa.
Ya todos limpios se sientan a cenar y luego de un silencio por el hambre que los acompañaba su mamá empieza a contar en plena mesa familiar “lo que vio hoy en la sala de bebu”
Bebu atenta escucho lo que su mamá había anunciado “¿Que vio mama en mi sala?” LA escuchó atentamente y se dio cuenta que no sabía de lo que su madre hablaba, se le habrá pasado por alto mientras miraba la carita de Enzo. Aunque en realidad ella jamás le hubiera prestado atención a algo tan insignificante, menos si se trataba de su amado...
- No saben chicos, Enzo, el compañerito de bebu, no saben lo que es...Tiene un aspecto a sucio. Con la pinta de sucia que tiene la madre no me extraña igual. Pobrecito, tener una mama que no lo cuide, se debe sentir horrible - a bebu de a poco se le empezó a romper el corazón, trato de no llorar y se encontró con la mirada de su mamá - ¿Viste bebu como tenía las zapatillas Enzo hoy?.
Ella no supo que responder ante semejante pregunta y con sus apenas cinco años, se levanto de la silla llorando y se fue a la pieza. Se acosto en la cama al grito de fondo que acompañaba la escena: “Noelia volve a la mesa” Nadie en la mesa entendía que le pasaba, todos pensaron que este era solo un capricho más de bebu. Nadie sabía nada, porque nadie le había preguntado.
Ya en la cama sintio que le dolia la panza y la garganta de aguantarse el llanto. No queria que su mamá la escuche, en su casa está mal llorar por un hombre. Papá los abandonó por otra mujer y mama dice que acá por hombres no se llora, a menos que sean sus hermanos.
Quien crea que una niña de cinco años no sabe lo que es enamorarse, no entiende nada del amor
“¿Como pudo hablar así su mama de Enzo?”
Piensa, piensa y llora y esta enojada. Gira la cabeza y le pregunta a la muñeca que tiene al lado:
-¿No vio mamá la sonrisa que tiene Enzo? ¿Mamá no lo escucho reírse en el recreo? ¿Cual es el problema de llevar las zapatillas sucias, si las zapatillas se levan? ¡Ni siquiera sé si quiere ser mi novio y ya no quiero que sea mi novio! ¿Que hago si es un sucio? Tengo hambre
Ella va a preescolar a tres cuadras de su casa, se alista y sale caminando con los zapatos bien limpios y en el camino siempre, siempre, ve a su vecino Enzo. Pero un día vio a Enzo mejor, más de cerca, casi como si usara anteojos y se enamoró. A los cinco años el amor es así, repentino. Le escribió una carta en el recreo y le declaro su amor. Es que bebu solo desparrama amor, a montones. A correntadas. Enzo ni bola le dio pero esa tarde ella le entregó el corazón en esa carta. Su vida ya no le pertenecia y todo se relacionaba con Enzo, su gran amor Enzo.
Bebu volvió a casa con su mamá luego de terminado el jardín. Ya se había terminado su tiempo con Enzo y lo extrañaba. Cuando llegó a su casa bebu se limpio el barro de los zapatos, y casi sin hacer ruido desapareció con prisa para su patio a ver a Menguito, su perro tricolor té con leche.
Al ratito, desde el patio y ya toda mugrienta, bebu escuchó el llamado de su mamá para meterse a la ducha. Se bañaba siempre antes que los hermanos, entonces así podía poner la mesa antes de que ellos salgan de bañarse. En esta casa los hombres no ponen la mesa.
Ya todos limpios se sientan a cenar y luego de un silencio por el hambre que los acompañaba su mamá empieza a contar en plena mesa familiar “lo que vio hoy en la sala de bebu”
Bebu atenta escucho lo que su mamá había anunciado “¿Que vio mama en mi sala?” LA escuchó atentamente y se dio cuenta que no sabía de lo que su madre hablaba, se le habrá pasado por alto mientras miraba la carita de Enzo. Aunque en realidad ella jamás le hubiera prestado atención a algo tan insignificante, menos si se trataba de su amado...
- No saben chicos, Enzo, el compañerito de bebu, no saben lo que es...Tiene un aspecto a sucio. Con la pinta de sucia que tiene la madre no me extraña igual. Pobrecito, tener una mama que no lo cuide, se debe sentir horrible - a bebu de a poco se le empezó a romper el corazón, trato de no llorar y se encontró con la mirada de su mamá - ¿Viste bebu como tenía las zapatillas Enzo hoy?.
Ella no supo que responder ante semejante pregunta y con sus apenas cinco años, se levanto de la silla llorando y se fue a la pieza. Se acosto en la cama al grito de fondo que acompañaba la escena: “Noelia volve a la mesa” Nadie en la mesa entendía que le pasaba, todos pensaron que este era solo un capricho más de bebu. Nadie sabía nada, porque nadie le había preguntado.
Ya en la cama sintio que le dolia la panza y la garganta de aguantarse el llanto. No queria que su mamá la escuche, en su casa está mal llorar por un hombre. Papá los abandonó por otra mujer y mama dice que acá por hombres no se llora, a menos que sean sus hermanos.
Quien crea que una niña de cinco años no sabe lo que es enamorarse, no entiende nada del amor
“¿Como pudo hablar así su mama de Enzo?”
Piensa, piensa y llora y esta enojada. Gira la cabeza y le pregunta a la muñeca que tiene al lado:
-¿No vio mamá la sonrisa que tiene Enzo? ¿Mamá no lo escucho reírse en el recreo? ¿Cual es el problema de llevar las zapatillas sucias, si las zapatillas se levan? ¡Ni siquiera sé si quiere ser mi novio y ya no quiero que sea mi novio! ¿Que hago si es un sucio? Tengo hambre
De fondo se puede escuchar la advertencia final:
-Noelia a la cuenta de tres te quiero en la mesa porque si no te voy a buscar.
Bebu acomoda la muñeca antes de que la mama venga a buscarla, mejor se calla la boca y se va a comer, antes se limpia la cara y se olvida del sucio de Enzo. En esta casa no se llora por los hombres. Mañana en el jardín con sus zapatos limpios va a sentarse lejos de Enzo para que el vea que ya no le gusta mas porque se lo dijo su mama. Y su mama es la que mas sabe del amor y si no... ¿Le preguntamos a su papá?
-Noelia a la cuenta de tres te quiero en la mesa porque si no te voy a buscar.
Bebu acomoda la muñeca antes de que la mama venga a buscarla, mejor se calla la boca y se va a comer, antes se limpia la cara y se olvida del sucio de Enzo. En esta casa no se llora por los hombres. Mañana en el jardín con sus zapatos limpios va a sentarse lejos de Enzo para que el vea que ya no le gusta mas porque se lo dijo su mama. Y su mama es la que mas sabe del amor y si no... ¿Le preguntamos a su papá?